martes, 29 de abril de 2008

aquí....desde Macedonia...José Sarajevo..over...


Cómodamente instalado tras la mesita de camping y ya casi rumiando el fracaso existencial derivado de un fracaso empresarial más, en este caso la venta de camotes, exquisitos gajos de batata caramelisé que estos salvajes macedonios se niegan a ingerir por más que pondere sus virtudes nutritivas ( de los camotes, no de los macedonios), medito desde el ascetismo forzado, y para reconfortarme pienso, luego existo, en mis afortunados colegas Orson C. Castellanos y Segismundo Ramiro von Klatsch, dados, el uno desde las alturas pavorosas del Himalaya uruguayo y el otro desde la serenidad de un faro perdido en un abrazo de océanos, a seguir y seguir y seguir investigando las azarosas vidas y pasiones de los gemelos Caín y Abel Grim, más conocidos como Los Hermanos Grim entre el gauchaje del sur del mundo.
 
Motivo, raíz, sustancia elemental de tales meditaciones, es la desazón de una certeza: ni siquiera exiliado en este rincón de Macedonia estoy a salvo de los blogs, de esa manía de escribir con rabiosa desesperación, con furibundo frenesí, con maníaca insistencia, y todo para auto halagarse o para conceder halagos al halagador. "Halágame que te halagaré" parece ser la consigna y motivo que afana a los bloguers.

Evidentemente, los Hermanos Grim no podían sino infectarse de tal costumbre, ya en un radiograma anterior acusé mi estupefacción ante el presente bloger de los Grim y, ahora, tras leer la última "entrada" en el blog de los susodichos gracias al portento de un cyberkilombo recientemente abierto a veinte metros de la mesita de camping sobre la que ofrezco mis camotes, me estremezco, me indigno, me sulfuro, y casi me meo por un problema de próstata ciertamente intrascendente, al ver una fotografía de la famosísima yegua "Aluminio", indignamente montada por Abél Grim en una clara y obscena agresión de género, mientras al fondo se ve al otro Grim, al petiso Caín. medio oculto por la infamia de su hermano.

De la nota bloger se deduce lo siguiente: ante la imposibilidad de atraer espectadores, público para sus lamentables exhibiciones musicales, los Grim intentan arrear caballos cimarrones hasta el corral para nada cervantino en el que desgranan, machacan y cocinan sus lamentablemente dudosas muestras de talento musical y poético, falencia esta a la que ahora se debe agregar una lacerante ignorancia zoológica.

Los caballos, especialmente los cimarrones, y más aún los matungos, esa raza patagónica de animales tercos, obsecados, desconfiados e intolerantes ya que sueltan coces ante la menor discrepancia, son totalmente refractarios a la poesía y, peor aún, al parecer no les importa. Por más que se les lleve a escuchar alejandrinos de temática alfalfera, bellos sonetos dedicados a la fresca hierba de la pampa, o sentidos versos beckerianos que cantan las excelencias de alguna yegua, siempre interrumpen con relinchos sarcásticos y pedos que ocasionan nuevos relinchos de aprobación. Sí, durante los recitales de poesía los caballos cimarrones y los peludos matungos se comportan como blogers.

Y lo más lamentable de todo es que ninguna sociedad protectora de animales toma medida alguna para impedir que estos animales (los caballos, no los Grim) orgullo de la pampa y de la estepa, sean conducidos mediante viles engaños o a rebencazos hasta el corral en donde los Grim suelen realizar el "High Poetry Festival Pampero", con irresponsable periodicidad mensual, para otorgarse el uno al otro una patética serie de premios literarios entre laudatios impúdicos y otras desvergonzadas muestras de auto afecto.

La fotografía que acompaña esta nota indignada es más que elocuente: ese pobre caballo odia la poesía, lo suyo es, como todo el mundo sabe, el ensayo filosófico, la yuxtaposición de ideas encontradas y que se bifurcan luego, como los caminos. Basta ya de someter a los equinos al escarnio del falso ateneo.

Con sincera indignación
Prf. Dr. Dr. José Sarajevo
(Camotes a 20 dinares la docena)