martes, 29 de abril de 2008

aquí....desde Macedonia...José Sarajevo..over...


Cómodamente instalado tras la mesita de camping y ya casi rumiando el fracaso existencial derivado de un fracaso empresarial más, en este caso la venta de camotes, exquisitos gajos de batata caramelisé que estos salvajes macedonios se niegan a ingerir por más que pondere sus virtudes nutritivas ( de los camotes, no de los macedonios), medito desde el ascetismo forzado, y para reconfortarme pienso, luego existo, en mis afortunados colegas Orson C. Castellanos y Segismundo Ramiro von Klatsch, dados, el uno desde las alturas pavorosas del Himalaya uruguayo y el otro desde la serenidad de un faro perdido en un abrazo de océanos, a seguir y seguir y seguir investigando las azarosas vidas y pasiones de los gemelos Caín y Abel Grim, más conocidos como Los Hermanos Grim entre el gauchaje del sur del mundo.
 
Motivo, raíz, sustancia elemental de tales meditaciones, es la desazón de una certeza: ni siquiera exiliado en este rincón de Macedonia estoy a salvo de los blogs, de esa manía de escribir con rabiosa desesperación, con furibundo frenesí, con maníaca insistencia, y todo para auto halagarse o para conceder halagos al halagador. "Halágame que te halagaré" parece ser la consigna y motivo que afana a los bloguers.

Evidentemente, los Hermanos Grim no podían sino infectarse de tal costumbre, ya en un radiograma anterior acusé mi estupefacción ante el presente bloger de los Grim y, ahora, tras leer la última "entrada" en el blog de los susodichos gracias al portento de un cyberkilombo recientemente abierto a veinte metros de la mesita de camping sobre la que ofrezco mis camotes, me estremezco, me indigno, me sulfuro, y casi me meo por un problema de próstata ciertamente intrascendente, al ver una fotografía de la famosísima yegua "Aluminio", indignamente montada por Abél Grim en una clara y obscena agresión de género, mientras al fondo se ve al otro Grim, al petiso Caín. medio oculto por la infamia de su hermano.

De la nota bloger se deduce lo siguiente: ante la imposibilidad de atraer espectadores, público para sus lamentables exhibiciones musicales, los Grim intentan arrear caballos cimarrones hasta el corral para nada cervantino en el que desgranan, machacan y cocinan sus lamentablemente dudosas muestras de talento musical y poético, falencia esta a la que ahora se debe agregar una lacerante ignorancia zoológica.

Los caballos, especialmente los cimarrones, y más aún los matungos, esa raza patagónica de animales tercos, obsecados, desconfiados e intolerantes ya que sueltan coces ante la menor discrepancia, son totalmente refractarios a la poesía y, peor aún, al parecer no les importa. Por más que se les lleve a escuchar alejandrinos de temática alfalfera, bellos sonetos dedicados a la fresca hierba de la pampa, o sentidos versos beckerianos que cantan las excelencias de alguna yegua, siempre interrumpen con relinchos sarcásticos y pedos que ocasionan nuevos relinchos de aprobación. Sí, durante los recitales de poesía los caballos cimarrones y los peludos matungos se comportan como blogers.

Y lo más lamentable de todo es que ninguna sociedad protectora de animales toma medida alguna para impedir que estos animales (los caballos, no los Grim) orgullo de la pampa y de la estepa, sean conducidos mediante viles engaños o a rebencazos hasta el corral en donde los Grim suelen realizar el "High Poetry Festival Pampero", con irresponsable periodicidad mensual, para otorgarse el uno al otro una patética serie de premios literarios entre laudatios impúdicos y otras desvergonzadas muestras de auto afecto.

La fotografía que acompaña esta nota indignada es más que elocuente: ese pobre caballo odia la poesía, lo suyo es, como todo el mundo sabe, el ensayo filosófico, la yuxtaposición de ideas encontradas y que se bifurcan luego, como los caminos. Basta ya de someter a los equinos al escarnio del falso ateneo.

Con sincera indignación
Prf. Dr. Dr. José Sarajevo
(Camotes a 20 dinares la docena)

jueves, 13 de marzo de 2008

Mariano Rajoy estupefacto ante el talento de Caín y Abel Grim


Continuando con su costumbre de dejar estupefactos a los amantes de la música, la dupla, "yunta", pareja de payadores integrada por los hermanos Caín y Abel Grim, se presentó de manera espontánea en la calle Génova la noche del 9 de marzo, para payar unas sentidas cuartetas acompañadas de charango, bombo legüero y trutruca, en honor al festejado.
Reproducimos a continuación de manera exclusiva la ya famosa "Pavana para una Infanta Barbuda" de Caín y Abel Grim.
 
A usted que tiene una niña adentro de la sesera
que le habla sin disimulo no más que pura lesera
le aconsejamos amigo dejar de lado la inquina
y confiar en el efecto tan sabio de la aspirina.

Cristiano que escucha voces cuando nadie le conversa
es bien difícil que a alguno así no más lo convenza
de que le preste el matungo, el facón o los bototos
y mucho menos la joya de un buen puñado de votos

Don Mariano no se ofusque ni tome aire de listillo
que no es título de honor ser Señor de los Hilillos
y por más que patalee, mienta, difame o insista
le  salió rana la niña porque votó socialista.

domingo, 24 de febrero de 2008

Radiograma del Dr. José Sarajevo


Digamos las cosas como son y como fueron; me encontraba yo disfrutando apaciblemente de mi quinquenio sabático en los montes de Macedonia, arrellenado en mi sillón Voltaire  (en un departamento de dos habitaciones, cocina, baño, precios módicos tratar aquí) favorito, cuando de pronto mi equipo de comunicación "Emerson TKG" empezó a evacuar un largo radiograma escrito en cirílico vetusto y dirigido a los hermanos Caín y Abel Grim. Cuál no sería mi sorpresa al comprobar que el remitente no era otro que Arturo Sagasta, sí, tal como leen, el prolífico autor de ensayos tan brillantes como "Vampiros de Tinta", que con impecable pluma de ganso describe los avatares, génesis y ocaso, de aquel pequeño grupo de vecinos de Transilvania dados a alimentarse nada más que de tinta, y que razonablemente fueron el terror de los calígrafos. Más tarde, ya en sociedad con el asno Perico, miembro honorífico de la Real Academia del Rebuzno, nos sorprendió con otro ensayo titulado "Ladrones de Infantes", obra muy recomendada por el obispo de Tenerife.

De inmediato recordé que entre mis incontables posesiones artísticas había una fotografía que muestra a la dupla Perico-Sagasta en el momento preciso en que proceden a devolver algunos de los infantes sustraídos y utilizados como materia prima del brillante ensayo.
En lo medular, el radiograma de Arturo Sagasta dice así:

¡Coño, qué bueno! Cómo me alegro de que los hermanos Grim sigan juntos y dispuestos a dejarse ver. Se oían tantas cosas sórdidas de Caín y Abel Grim por los viejos tugurios de Odessa...
En fin, no voy a entrar en detalles, pero os aseguro que nunca creí a los que afirmaban haberos visto entregados a inenarrables desmanes venéreos en el sollado de un ballenero japonés. 
No, me dije entre dientes. Esos no eran los verdaderos hermanos Grim, tal vez los de la foto, pero los Grim no, ellos no.
Al que de tal modo vilipendiaba vuestro nombre le salvó la circunstancia de pesar treinta kilos más que un servidor y llevar tatuada hasta la retina como un yakuza, porque de haber sido débil y borracho le habría expresado mi opinión con la contundencia de un hombre de bien.
Ánimo y suerte, amigos. Espero con ansiedad el relato edificante de vuestra fuga de Guantánamo.

sábado, 23 de febrero de 2008

Con serena y trémula indignación Caín y Abel Grim declaran que...


Una vez más la impostura se cierne sobre nuestros destinos de artistas homeless, y en esta ocasión debemos desnudar, despellejar, deshilvanar las mentiras de los dos sujetos que aparecen en la foto, funámbulos de poco vuelo que insisten en presentarse como lus "unicos y genuinos hermanos Grim" en las plazas de toros , verbenas y mitines episcopales de Spain. 
Estos dos jamás han dominado el arte de las cuerdas, salvo darle cuerda al reloj de la infamia, prueba de ello es que sus "oda al ácido bórico", "ETA vez nos resulta" y "Concierto para nariz larga", fueron visiblemente rechazadas en el último festival Eurovisión, y si algún público coreó de malas ganas un par de estribillos fue durante el Country Chorizo  Festival de Cojonzuelos del Obispo, miserable aldea perdida entre las salinas recalificadas del Levante.
Basta ya de imposturas. Los únicos Hermanos Grim somos, mi hermano Abel Grim y yo, Caín Grim, que casualmente soy su hermano.
Estos malandras lo único que consiguen es despistar a los ex-simios Orson C. Castellanos, Segismundo Ramiro von Klatsch y José Sarajevo, y después escriben lo que escriben.
Desde la trémula serenidad de nuestra indignación
Caín y Abel Grim 

jueves, 21 de febrero de 2008

Noticias del Prf, Dr, Orson C. ("Coco" para los amigos) Castellanos


Dilecto y garrafal Prof. von Klatsch: Por fin he logrado hacer funcionar el "PT" (Personal Telegraph) y ponerme al día con usted y nuestras investigaciones. En realidad, buena parte de mi silencio no se debe solamente a las pésimas condiciones del aparato que en morse me ha permitido disfrutar de su amistad y de su sabiduría, sino al estado de estupor en que quedé luego de la fugaz estancia en Guantánamo, tratando de investigar la suerte que habían corrido los Hermanos Grim en ese insólito punto de la gira artística.

No se imagina usted lo fácil que me resultó llegar a esa mala lengua de tierra usurpada por los yanquis. Le cuento que, para pasar desapercibido, en lugar de tomar un avión a Bagdad, alojarme en el Hotel Palestina y hacerme detener el el interior de un coche bomba, como haría cualquiera para poder viajar a Guantánamo, opté por una ruta insospechada: viajé en uno de los globos Montgolfier que salen de Mosquitos martes y viernes con una sola escala en Bahía y, guiándome por Eje del Mal , que al igual que las líneas de Nazca se ve perfectamente desde arriba, aterricé seis días más tarde frente al bar "Álamo Briscoe" ubicado a una cuadra de la entrada a la famosa base, sin que nadie reparase en el colorido aerostato que me trasladó hasta allí.

Es increíble, mi entrañable profesor pero esas cosas ocurren. ¿Recuerda usted la avioneta del pibe alemán que aterrizó en la Plaza Roja de Moscú? ¿ O el helicóptero de aquel chico pelirrojo de Denver que vació una bacinilla con la caca de su hermanito de dos años sobre el Capitolio sin que nadie lo detuviese? ¿Los recuerda, profesor? Suerte la suya, porque yo no consigo recordarlos por más que lo intento, pero en mi caso ocurrió algo similar a lo acontecido con estos dos argonautas, tal vez porque en el preciso instante en que toqué tierra, la guardia estaba mirando hacia abajo en una de sus jineteadas de talibanes salvajes y sin herrar, o tal vez porque en esos días los boludos estaban festejando con grandes globos de colores el cumpleaños del coronel John Pick Anna Stevens, incluyendo en los festejos a un sargento de marines que salía en bikini de una torta color malva, y con la vocecilla meliflua tan propia de la infantería de marina, entonaba el happy birthday mister colonel entre mugidos de aprobación del festejado al que sus hombres con exceso de familiaridad llaman simplemente "Pickanna".

Lo cierto, querido y dilecto profesor, es que nadie vio mi globo. Apenas descendí de la barquilla molido hasta los huesos por el viaje, me metí en el bar Álamo Briscoe en busca de una cerveza fría, con la intención de preguntar al primer parroquinao que encontrara si alguien había visto la última actuación de los Hermanos Grim en los alrededores de la base, mas todo fue en vano, no encontré ni un sólo dato al respecto, maravilloso profesor.

Mi primer interlocutor fue el sargento Marvin Martini Secco, un ítalo americano al que conocí en la misma barra del bar y que, a juzgar por lo que pude percibir, en sus ratos de ocio cultiva el hoby de torturar botellas vacías de cerveza -les retuerce el cuello o las dobla por el medio sin partirlas-, o  torcer con la mirada tenedores, ballonetas y cañones de nueve milímetros a la hora del almuerzo, como Uri Geller, o pinchar con agujas de bordar los condones de sus propios camaradas. El tal Marvin Martini Secco se ha especializado tanto en la materia, mi asombrado profesor, que la logrado obtener genuinas reacciones negativas en objetos inanimados, como arrancar una conmovedora queja a una botella, o un estremecedor aullido de dolor a una par de rudas botas de desembarco mientras les ata los cordones de un modo que no logré descifrar.

 Lo que acabo de narrarle, mi circunspecto profesor, ocurrió a la hora veinticinco y quince  de la madrugada (hora de Guantánamo), cuando el bar aún estaba casi vacío si no fuera por nosotros. Sin embargo, cuando ya había  amanecido, toda la guarnición de la base ocupaba la barra y mesas del Álamo Briscoe, incluido el coronel "Pickanna", sin que yo hubiese podido obtener una sola información sobre los Hermanos Grim, y no porque hayan retaceado simpatías conmigo, sino porque toda la soldadesca yanqui padece allí de una enfermedad muy extraña que les impide ocuparse de otra cosa que no sea de sí mismos, consecuencia directa, supongo, de los gajes del duro oficio que practican. Amansar los bates de beisbol en las cabezas de los prisioneros suele ocasionar curiosas conductas de estrés.

Para ilustrarlo mejor, profesor von Klatsch, y a título de ejemplo, le cuento que estábamos bebiendo animadamente con un teniente de Georgia y un capitán de Colorado Spring, cuando a poco de empezar a discutir sobre quienes fueron los guionistas de las películas de Doris Day, los dos tipos llegaron a tal punto de discrepancia que, en lugar de agarrarse a puñetazos como suele hacer en estos casos la gente civilizada y sobre todo cuando está Doris Day por medio, optaron por mirarse fijamente a los ojos con las mandíbulas trabadas, mientras se retorcían las pelotas el uno al otro sin levantarse en ningún momento de sus sillas. Mientras tanto, alrededor de la mesa, una horda de marines se mordían las orejas, o se quebraban los meñiques entre sí, o iban al baño a meter la cabeza en el inodoro y volvían, unos tratando de animar al capitán de Colorado Spring y otros, los menos, al teniente de Georgia, apostando por quién de los dos arrancaba el primer huevo al otro.

"Al final siempre termina en lo mismo", me decía el barman con honesta resignación mientras pasaba un trapo sanguinolento sobre la barra. "Ellos se van abrazados, cantando Georgia on my mind de regreso a la base, o cuando están muy borrachos suelen cantar "Asturias, lovely country" mientras yo me quedo aquí, solo con mi melancolía, barriendo orejas desgarradas, dedos meñiques y huevos pisoteados. Todas las noches lo mismo, amigo. Así es la vida en Guantánamo y no hay mierda que la cambie..."

Y eso fue todo, aguerrido profesor von Klatsch. de los Hermanos Grim, nada.  no quepo en mi de asombro tratando de descifrar las razones que llevaron a nuestros excéntricos músicos a elegir tan sórdido escenario dentro de su última gira artística. Pero confío en que pronto tendremos noticias de esos muchachos de la Pampa Húmeda de emoción, aunque la Pampa está cambiando, dilectísimo profesor: tanta plantación de soja para los chinos hace que los gauchos, hombres fieros donde los haya, ya no lleven el brutal facón de filo asesino pegado a la espalda, sino un par de palillos con los que suelen comer los recientemente incorporados chop suey o wan tan a sus dietas que no conocían más que la nobleza del churrasco.
Suyo con habilidad y afecto
Prof.Dr. Orson C. Castellanos.




jueves, 14 de febrero de 2008

Con serena y trémula indignación Caín y Abel Grim declaran que...


No tenemos ninguna afinidad familiar o artística con los dos enanos que aparecen en la foto, vergüenza del gremio de los gemelos y pésimos intérpretes de polka. Estos sujetos se presentan en los circos de Europa Oriental diciendo que son los únicos y verdaderos Grim, pero basta verlos en el escenario para comprobar que no dominan ni el bombo ni el charango, y que su forma de payar al estilo vaticano, con rima mentirosa y métrica inquisidora, no tiene nada que ver con nuestro estilo gauchesco.

Estos dos impostores, autores de nefastas polkas como la titulada"Todas las polacas son putas menos nuestra madre y hermanas", jamás fueron artistas de los circos Las Águilas Humanas o Circo Criollo de los Hermanos Podestá, como insisten en afirmar cada vez que Ratzinger los sienta en sus piernas. 

Sospechamos que algunas de las muchas insidias lanzadas por estos sietemesinos sirvieron de sustento, deglutición, digestión y evacuación legal, para nuestra aventura en Guantánamo de tan triste recordación. Estos tipejos hicieron correr la bola de que nuestra balada-concertino para gaita y emboque titulada "el apacible vuelo del urogallo", estaba inspirada en la observación voyeur de un pajarraco pampino de volar escandaloso llamado urogay, asunto que desmentimos hasta el hipo.
Los Hermanos Grim somos nosotros, carajo.
con sincera indignación
Caín y Abel Grim

martes, 12 de febrero de 2008

Aquí von Klatsch desde Isla Bolitas...over...¿me escuchan? ...over


Lo que son  las cosas, lo que es la vida y otras consideraciones de tal índole son las que me hago al saber que los Grim tienen ahora un blog. La noticia me llegó gracias a los servicios de Yuri El Rana, un boliviano más bueno que "el pan con chancho", como suelen decir, supongo, los deslenguados de tierra firme, si es que hay tierra firme en este galimatías de archipiélagos del sur del mundo.

El tal Yuri El Rana es un boliviano que anda por aquí, con su traje de hule negro pese al riesgo de ser confundido con una foca, sus bombonas de aire a la espalda, su máscara de bucear y esas gualetas natatorias que no se saca jamás. Llega nadando, siempre sumergido, haciendo el quite a los arrecifes , restos de galeones, submarinos alemanes y otros souvenirs del paso de los europeos por el mítico Cap Horn que tanto aman los paisanos de Saint Malo. Llega, emerge, se levanta, y sin quitarse las gualetas se acerca hasta el faro con ese andar plantígrado tan poco fiel a su cultura andina.

¡Quítese  las gualetas, don!- le grito desde mi morada circular, pero él ingnora mi sabia recomendación y continúa caminando así, como un lame duck  alejado de su habitat natural de la Casa Blanca.

-"limtiog"- o algo así dijo a manera de saludo, entonces le quité la máscara de un sopapo y recién pude escuchar que los Grim tienen ahora un blog.

Lo que es la life. Sobre estos y muchos otros temas de innegable trascendencia medito enrrollado como un neumático en el tubo del faro que me sirve de morada. Vivir así tiene, como todo en esta life, sus conveniencias e incomodidades. Es incómoda la falta de espacio, pero se  compensa con la mutua observación que practicamos sostenidamente mis pies y yo. Creo que los tres estamos empezando a conocernos. Cuando me enrrollo hacia adelante sostengo interesantes discusiones con los diez dedos, y al hacerlos hacia atrás guardo silencio, bastante molesto por el caracter lacónico de los talones.

Me encuentro en Isla Bolitas disfrutando de uno, dos, quién sabe cuántos años sabáticos, de los que me beneficio gracias la la generosidad de mis nuevos mecenas, los dueños de "Ampolletas y Se Hizo La Luz", proveedores de focos de todos los faros del sur del mundo.

¿Qué será de mi dilecto amigo el profesor Orson C. Castellanos? ¿En qué sabias inversiones habrá depositado los emolumentos que proporcionó un ensayo que, compilado por el eminente Dr. José Sarajevo, "El Macedonio", publicamos hace ya la mar de años.

De la miel que me sustentó en mi anterior retiro espiritual en la desembocadura del río Backer, he pasado ahora a las algas marinas, alimento que, además de digestivo a veces en exceso, me ha proporcionado un cierto tono verde rana que hace reír a Yuri, tanto, que a veces entra riendo al agua, olvida ponerse la máscara, morder la boquilla de aire, y en algunas ocasiones ha estado a punto de irse a pique.

Todo esto lo escribo con mi proverbial letra pequeña, en el dorso de una etiqueta de "Ampolletas Y Se Hizo La Luz", para que el boliviano lo entregue al capitán Buenos Días Eterovic que navega por estos mares dedicado a la piratería. Atraca en las pequeñas caletas, con expresión feroz baja a tierra, tiende una manta, y ahí ofrece compact discs pirateados de Los Churumbeles de España.

Pero basta de confidencias, como siempre, la economía de lenguaje es una de mis persistentes virtudes.
Con viento sur de fuerza cuatro y fuerte marejada se despide
PRf.Dr. Segismundo Ramiro von Klatsch

jueves, 7 de febrero de 2008

Posibles motivos de la permanencia de los Hermanos Caín y Abel Grim en Guantánamo

Es muy posible que nuestra involuntaria gira guantanamera ( de nosotros, los gemelos Caín y Abel Grim) se debiera a un comentario aparecido en la Encyclopedia Britannica bajo los títulos "Latin American Literatur/ Britannica Book of the Year 2005, y que de manera totalmente ajena a nuestras volátiles voluntades de gauchos a merced del viento, dice: "These Grim brothers are Abeln and Cain, two gaucho minstrels who travel through Patagonia and Uruguay playing the charango and bombo, singing, drinking, and running afoul the police".

miércoles, 6 de febrero de 2008

Caín y Abel Grim en Guantánamo


Esta fotografía testimonial del Daniel Mordzinski (bautizos, bodas, comuniones y funerales, precios módicos tratar aquí) muestra a los hermanos Caín y Abel Grim asomados a la rejas de la suite que compartieron en Guantánamo durante el Día de Acción de Gracias, festividad que los yanquis emplean para comer pavo, ave obtusa por excelencia, de ademanes boludos, de caminar obispal, y de personalidad pusilánime, como los mismos gringos.

martes, 5 de febrero de 2008

Volvemos a las galopadas por las amplias estepas

Sí, pues, luego de unos años de reposo involuntario en Guantánamo regresamos a nuestra tradicional vida y arte a la intemperie, a nuestro destino de gauchos serenos y trémulos, siempre alejados de cualquier posibilidad de jubilación, montepío, o rentas devenidas de nuestro incomprendido arte.

Nuestra estancia en Guantánamo que ya empieza a ser motivo de investigación por parte de los ex-simios (nunca Darwin pensó que tendría tanta razón como en este caso) profesores Orson C. Castellanos, que ahora vive en su retiro espiritual de Cerro Las Ánimas, en una modesta gruta sin aire acondicionado ni internet, y obstinadamente dedicado al estudio del ornitorrinolaringólogo, ese extraño bicho cefalópodo y mamífero tan molesto por su manía de poner los huevos en oídos, nariz y garganta, y Segismundo Ramiro von Klatsch, furibundo bávaro que ahora goza de una beca concedida por "Ampolletas Y se Hizo La Luz", proveedores tradicionales de Faros Australes, y es el único habitante de Isla Bolitas, atroz pedazo de la soberanía chilena en las inmediaciones de Cabo de Hornos llamada así por su irregular y escabrosa superficie de rocas afiladas por el viento, y casi cubierta de testículos de cormoranes, gaviotos, y otras aves que, tras intentar aterrizar en la isla, desistieron entre graznidos lastimeros y de sincero dolor, pues dejaban su partes más sensibles en los filos de piedra.

Se supone que el famoso "pájaro uyuyuy" es natural de Isla Bolitas, pero es una afirmación que nadie ha confirmado. Von Klatsch vive ahí, en el tubo del faro, duerme enrrollado, y se alimenta de algas marinas sumamente digestivas, según afirma a sus únicos visitantes, un tal Yuri, hombre rana boliviano de muy buen corazón, y el capitán Buenos Días Eterovic, que suele atracar en el muelle, y de paso atracar a von Klatsch para que le pague unas platas que le debe.
También José Sarajevo, desde su casa de reposo en Macedonia, hace conjeturas, establece dudosas hipótesis, fabrica teorías y cochecitos de hojalata que más tarde vende en el mercado, respecto de nuestra estadía en Guantánamo.

Nos toca, pues, y todavía vistiendo el mameluco naranja, hacer algunas precisiones que, sin ánimo de jorobar ni de complicarle la vida a nadie, servirán para iluminar a las legiones de estudiosos de nuestras vidas tan llenas de coincidencias pasmosas: somos gemelos, nacimos el mismo día, tenemos los mismos padres, los mismos tíos, los mismos abuelos y la misma pasión por la vida destechada. Empezaremos diciendo que todo se debió a una intromisión de Carlinhos Brown en nuestras "lifes". Nos acercamos a él durante un concierto que daba en la Casa de América, en Madrid, la gente se volvía para mirarnos, a nosotros, los Grim, ataviados con las legendarias botas acharoladas blancas, ponchos "Lacoste", y con las verijas bien sujetas por las chiripás Kelvin Klein made in China. Nos veíamos como monumentos vivientes a Guiraldes, a  don Segundo Sombra, y los mismísimos Inodoro Pereira y Mendieta, habrían exclamado ¡hijuna! al vernos arrastrando las espuelas, levantando virutas viriles en el parquet del salón Bolivar. Queríamos tocar con él, darle una chance a ese muchacho brasileiro, material para su currículo, trocitos de inmortalidad, así que, subimos al escenario, para  desgranar una melancólica samba al ritmo de charango y bombo, los instrumentos que nos identifican cada vez que vamos empeñarlos.

Tocamos unos dos minutos, hasta que Carlinhos Brown, con esa sabiduría lacerante que se aprende en las favelas, nos aconsejó bajar antes de que los antidisturbios nos acribillaran, y de paso nos sugirió dedicarnos a tocar la Guantanamera, himno a la alegría que cantan hasta  en los quilombos de Rejkiavick. No nos avergüenza reconocer que desconocíamos la letra, también la música, pero este es un detalle nimio, y para superar esa falencia, por otra parte comprensible en dos hombres que se han pasado la vida de aquí para allá, de allá para más allá, buscando un lugar receptivo a nuestros talentos, decidimos buscar a personas o instituciones,u ONGes que nos enseñaran la Guantanamera.

En eso estábamos, con pedagógico ánimo, recorriendo las calles de Madrid, ciudad extraña por su fauna: hay unos pájaros muy difíciles de ver y de cazar, por lo que no se sabe que tal serán como sustento de puchero, que cantan solamente cuando los semáforos se ponen en rojo. Para conservar las gauchescas tradiciones a veces yo galopaba montado sobre mi hermano, luego cambiábamos los parches en las heridas causadas por las espuelas, y de jinete a caballo y de caballo a jinete. Era lindo, era épico vernos por a Castellana a galope tendido, con los ponchos al viento, hasta que llegamos a la embajada norteamericana.

"Estos gringos que se las saben todas y si no se las saben las inventan podrán informarnos", pensamos en coro, como gemelos que somos. Íbamos a entrar, los dos teníamos la bota charolada blanca derecha en el aire, cuando un yeti, un ñato de Neanderthal, el pibe de Atapeurca vestido con uniforme de marine, nos ladro: "¿Qué siendo eso? con el cañón del fusil apuntando al bombo legüero de los éxitos musicales por todos ignorados. A coro, como gemelos que somos, alcanzamos a decir "es un bom...", y ya estábamos en el suelo, indignamente en bolas, mientras una yanqui disfrazada de milico y preñada de algún pedazo de basura nos paseaba como perros por los pasillos de la embajada. Extrañas costumbres las de los gringos; insistieron en que nos pusiéramos una boinas que llegan hasta el cuello, unas pulseritas que, si no fuera porque unen las dos manos y por la espalda, serían bastante coquetas, y los mamelucos naranja.

A partir de ese día nos dedicamos al turismo, un vuelo para allá, otro vuelo para más allá, pero ver, lo que se dice ver, vimos poco por culpa de las boinas, hasta que llegamos a un lugar de calor húmedo como lomo de surubí, y caluroso como abrazo de osa. Así es, pues, estábamos en Guantánamo, lugar en el que, incomprensiblemente, nadie conocía ni la letra ni la música de la Guantanamera.

Pero lo que importa es que estamos nuevamente en la brecha, ¡hijuna! gritarán algunos, "Los Grim han vuelto", exclamarán otros, y estos dos gauchos de lifes sin más techumbre que las estrellas seguirán payando versos inmortales como los que siguen:
 
" Aquí venimo a cantar los colores de la tierra
con un contento muy grande, con alegría sin fin
porque la life se agredece aunque nos sea muy perra
payando nos presentamos, somos los hermanos Grim"